
Las famosas «Flaming Towers» son un símbolo de esta ciudad. Aparecen en numerosos souvenirs y reflejan las llamas, relacionadas con la «Tierra del Fuego», como se le conoce a Azerbaiyán por razones que veremos más adelante.
Estos tres rascacielos, de 160 a 190 metros de altura, son los más grandes de todo el país. Costaron $350 millones de dólares y en su interior alojan a empesas de lujo como Lamborghini y los cuarteles centrales de numerosas marcas internacionales que llegaron a Bakú para quedarse a hacer negocios.
10,000 luminarias LED impresionan todas las noches a los espectadores, con sus juegos de luces en los que se exhiben los colores de la bandera u otros motivos, según la época del año. No a todos les gusta el tour nocturno al interior de las instalaciones, pero la pura vista desde afuera resulta inspiradora. ¿A poco no?
